December 21, 2020 por Cristina Oroz Bajo

¿Por dónde empezar con la conducta de nuestros niños? Tips de conducta en familia.

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Como os prometimos después del Webinar sobre ¿Cómo gestionar la frustración y la agresividad? Tips de conducta para las familias y a petición de muchas familias ahí van algunos puntos centrales sobre este tema que tocamos en el directo, tan importante y de tan difícil manejo.





Vamos valorando esta situación, con las primeras pinceladas para entender el contexto antes de entrar en el tema, desde el inicio, por qué es necesario un análisis de eso que realmente nos preocupa, el peso que tiene y las armas que tenemos para cambiar esa realidad, desde casa y con éxito. 

CADA CASO ES ÚNICO: Quiero comenzar por las causas para saber cómo gestionar la frustración y la agresividad; si conocemos los orígenes será más fácil intervenir. Bajo el conocimiento de que todo en el mundo de los niños con trastornos es complejo y extenso, y tampoco hay soluciones únicas. Las conductas de tipo agresivo deben ser siempre tomadas como una prioridad máxima, da igual si se dan en niños pequeños o en adultos. A mayor tiempo persisten este tipo de conductas, más se afianzarán y más tiempo y esfuerzo costará extinguirlas. Tanto en conductas de agresión al entorno, a otras personas o a sí mismos, debemos actuar lo antes posible.

ORÍGENES: Dentro de los orígenes de las conductas agresivas tendremos en cuenta 3 causas principales, por un lado el Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS), los Problemas de Comunicación y Lenguaje y Problemas de Conducta. Nos os preocupéis que en los próximos días dedicaremos unas publicaciones específicas para cada una de estas causas!

INTERVENCIÓN: 

  1. FARMACOLÓGICA: No podemos olvidar como primera respuesta la de tipo farmacológico, es decir, medicar a nuestros hijos, nos lleva generalmente a un problema de evidencia científica qué nos dice, que los fármacos no es la mejor opción, que los riesgos son mayores que los beneficios, sobre todo en niños. Sin embargo, en un determinado momento, puede ser de gran utilidad temporal hacerlo en paralelo de la intervención. Una cosa tenemos que tener muy clara, en el caso de recetar fármacos tiene que hacerlo un profesional con una acreditación médica. Un psiquiatra, en el caso de niños pequeños, un neuropediatra o profesionales de la medicina son los profesionales que pueden recetar fármacos.  Aquí juega un papel muy importante la edad, encontramos más fácilmente especialistas que quieran trabajar con un niño de 5 años y con un adolescente de 16. Acercarse a un muchacho de 1,80m y 100 kilos de peso con problemas agresivos requiere un profesional formado en técnicas de contención, para intervenid sin causar dolor a la otra persona como medida de seguridad.
  2. CONDUCTUAL: Aquí es donde llegamos al punto central de este webinar porque estamos convencidos de que la intervención más adecuada en estos casos es intervención de modificación de conducta y no solamente en los aspectos conductuales sino en todos estos aspectos que en muchos casos van a convivir con esas conductas que nosotros vemos y estamos intentando reconducir o eliminar.

PUNTO DE PARTIDA: Creo que algo que tenemos que dejar claro como esencial,  es que este tipo de conductas no aparecen de la noche a la mañana. Existe un proceso progresivo de aparición. Posiblemente la familia ha intentado buscar las mejores soluciones, pero a veces, no acaban llegando nunca y el resultado que hoy nos trae aquí, es generalmente malo e importantísimo que se empiece a cambiar lo antes posible. 

Como siempre hablamos de lo ideal, y lo ideal es, que las familias que estén comenzando en este mundo de la conducta, una vez que este tipo de conductas empiezan a aparecer podamos contar con el apoyo de profesionales que puedan ayudarnos a averiguar cuál es el origen o los orígenes este comportamiento y podamos tener un programa de intervención, con un abordaje integral de todos los aspectos están influyendo en esos manejos conductuales

TRABAJO EN EQUIPO: Es muy importante que la familia forme parte de la programación y de la intervención a todos los niveles. Es muy curioso cómo a veces nos encontramos que es el niño que modifica la conducta de los padres y no al revés. Así que, la formación a madres y padres es esencial, es la manera más rápido de ver los cambios y afianzarlos.  Es absurdo llevar a un chico con este tipo de problemas a un gabinete profesional esperar que ellos solos lo resuelvan todo y que en casa no hagamos nada o peor aún sigamos cometiendo los mismos errores en gestionar la frustración y la agresividad.

UN CAMBIO POSIBLE: Deciros que la resolución de estos problemas de conducta es posible y que la gran mayoría de los casos se resuelven. Es verdad que en algunos casos o situaciones excepcionales el éxito es mucho más complejo porque hay muchos factores que juegan de forma simultánea en este tipo de conductas y que no son únicamente responsabilidad de la persona que desarrolla estos momentos de agresividad. Pero salvo casos puntuales lo normal es que con trabajo(mucho trabajo) constancia y disciplina estas conductas agresivas desaparezcan y se conviertan mañana en unos hechos anecdóticos y de una intensidad baja.

LO ANTES POSIBLE: Por otro lado no nos sirve estos consejos de que puede que esperar algún tiempo estas conductas vayan a desaparecer por qué todas estas manifestaciones conductuales a ver obedecen a una etapa de desarrollo que nuestros niños no se presenta con un desarrollo normal a veces tampoco podemos explicarles o negociar con palabras porque no comprenden bien el lenguaje o en el día a día estar tantas causas como la temperatura algo que comieron un ruido que no les guste que no podemos esperar además que lo que resultó un día sea igualmente efectivo al día siguiente. Esto es lo que llamamos inconsistencia en estas conductas. 

SI NO ACTUAMOS: Y lo que nos encontramos a nivel de estrategia de los padres, lo que sucede generalmente es que lo más sencillo y aparentemente efectivo es darle el gusto si quieren algo, con alimentos, algo para autoestimularse o no trabajar o  consolarlos para evitarles cualquier desagrado pero ¿qué pasará? que esta no es la manera de gestionar la frustración y la agresividad porque los padres quedarán prisioneros de las reacciones inadecuadas de sus hijos y con poca capacidad de manejo y de reacción. La mayoría de los padres intenta hablarles explicarles lo que es muchas ocasiones totalmente inútil así que  mientras aumenta constantemente el número de berrinches, llantos y pataletas mal manejados, aumenta la ansiedad de los padres, con un sentimiento de impotencia, frustración y autoestima baja por no saber controlar a nuestros hijos, a quienes, a pesar de todo, queremos profundamente.

No os perdáis el siguiente artículo donde hablaremos concretamente de Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS) como primera causa de los problemas de conducta en niños con dificultades de desarrollo! 

Cristina Oroz Bajo


Psicología Positiva , Maternidad y Paternidad

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