¿Qué es un niño no verbal?
Cuando hablamos de un niño no verbal entendemos que puede ser un niño que emite sonidos, incluso que diga unas mínimas palabras, pero en el que no existe la funcionalidad de su lenguaje, es decir, no utiliza el habla para comunicarse.
Podemos incluso decir que el «lenguaje» que utiliza, en cuanto al empleo de palabras para demandar, comunicarse, pedir atención, responder preguntas o tener una conversación, no es espontáneo y mucho menos social.
Esto puede deberse a una variedad de razones, incluyendo, pero no limitado a, trastornos del espectro autista (TEA), trastorno especifico del lenguaje, discapacidades intelectuales, problemas de audición, apraxia del habla o cualquier otra condición que afecte la capacidad de producir lenguaje hablado.
No obstante, el trastorno en sí no es más que la punta de un gran iceberg. Si profundizamos podemos encontrarnos con una realidad mucho más compleja que puede incluir problemas de integración sensorial, de comunicación y, por último, de salud emocional.
Sabemos que los aspectos sensoriales afectan a la comunicación, pero también a la conducta, a la atención y a la percepción del mundo que tiene el niño no verbal. Obviamente, esta situación, afecta a las emociones del niño y de su entorno.
Dicho eso, quiero destacar que, el hecho de que exista una causa que afecte el habla y el lenguaje, ya sea un autismo no verbal o cualquier otro trastorno del lenguaje, no significa que el niño no pueda comunicarse o que no tenga nada que decir. Estos niños pueden utilizar otros medios de comunicación, como gestos, señas, el uso de dispositivos de comunicación asistida, o sistemas de comunicación basados en imágenes, para expresar sus necesidades, deseos y pensamientos.
La intervención temprana y el apoyo adecuado son fundamentales para ayudar a los niños no verbales a desarrollar sus habilidades de comunicación al máximo potencial.
(Alonso Puig, M.)
¿Qué características tiene un niño no verbal?
Generalmente, nos encontramos con niños que no solo tienen dificultades verbales, sino también de contacto ocular, de motivación para hacer las cosas, intereses restringidos y ausencia de atención. También sabemos que cuesta mucho que aparezca el juego simbólico, es decir, imaginar o simular la situación de un juego, como puede ser dar de comer a un peluche o poner a dormir a una muñeca.
Podemos observar también la presencia de estereotipias: movimientos, posturas o voces repetitivas o ritualizadas sin un fin determinado. Van desde los movimientos más simples hasta los más complejos: el balanceo del cuerpo, aleteos, aplausos, frotar manos, dar saltitos, caminar de puntillas, caminar siguiendo un patrón, girar objetos…
Puede ser que vuestros niños tengan una o varias de estas características. Estas señales nos dicen que tenemos que actuar rápido porque la atención temprana es lo que nos dará el éxito en el futuro, ayudando a nuestros hijos cuanto antes.
Las cinco dimensiones del trastorno de aprendizaje no verbal
Los niños con trastorno del aprendizaje no verbal (TANV) suelen enfrentarse a desafíos en cinco áreas claves, no obstante cada niño es único, lo que significa que no necesariamente presentará dificultades en todas ellas.
1. Habilidades visuales y espaciales
Los niños con TANV pueden tener dificultades para comprender e interpretar las imágenes visuales. Un ejemplo claro es cuando intentan replicar formas tridimensionales, como un cubo, y terminan con representaciones muy distorsionadas.
Esto se debe a su limitada capacidad para percibir y entender la forma, los componentes y la relación espacial entre ellos, lo que también puede reflejarse en una aparente torpeza física debido a su dificultad para procesar y evaluar la información espacial de su entorno.
2. Comprensión de conceptos complejos
Otra área de dificultad común para los niños no verbales con trastornos del lenguaje es la dificultad para identificar la idea principal de un texto o situación, identificar detalles relevantes y entender las conexiones entre ellos.
Los niños con TANV pueden luchar con la comprensión lectora y la narración coherente de historias. Al tomar apuntes, pueden sentirse abrumados por no distinguir la información crucial de la secundaria, resultando en apuntes incompletos o incorrectos, o en una recopilación excesiva de datos sin relevancia.
3. Comunicación social
Interpretar señales faciales y de lenguaje corporal también representa un reto para la mayoría de los niños no verbales, lo que complica su participación en interacciones sociales.
No captan automáticamente las normas sociales como lo hacen otros niños, y esto puede generarles confusión sobre cómo actuar adecuadamente en diversas situaciones. Su preferencia por la tecnología se debe a la ausencia de necesidad de interpretar estas señales no verbales en ambientes digitales.
4. Conceptos matemáticos
Aunque inicialmente pueden mostrar habilidad para memorizar datos matemáticos, con el tiempo enfrentan obstáculos al abordar problemas matemáticos que requieren un nivel de pensamiento abstracto para su resolución.
Es común que los niños no verbales tengan dificultades para procesar y manipular información abstracta, lo que dificulta la comprensión de conceptos matemáticos.
5. Funciones ejecutivas
La mayoría de los niños no verbales carecen de las habilidades necesarias para organizar sus propios pensamiento, planificar, resolver problemas o llevar a cabo acciones planificadas.
Por ejemplo, tienen dificultades para desglosar y dividir una tarea en acciones más pequeñas y manejables o planificar los pasos necesarios para realizar una tarea.
Normalmente necesitan apoyo explícito para desarrollar un enfoque paso a paso hacia la resolución de problemas y la gestión de tareas complejas.
La familia y el trabajo en contexto naturales en el niño no verbal
La familia no es algo importante, lo es todo
En los niños no verbales, la formación de la familia es el primer paso, antes incluso que el trabajo con el niño. Al empoderar a la familia con un conocimiento específico, aumentamos su nivel de confianza y, por tanto, se reduce su ansiedad, logrando un cambio de actitud muy positivo e incentivador.
En este sentido, el enfoque en el cambio parte de un trabajo en contextos naturales con una involucración plena de la familia, de los equipos de terapia, del entorno escolar y, en suma, de todo lo que rodea la vida del niño.
Trabajar en contextos naturales y formar a la familia nos permite que el trabajo con el niño se extienda en la totalidad del tiempo y que trabajemos las situaciones allí donde se dan. Podemos trabajar en laboratorio una situación mil veces hasta conseguirla, pero cuando la vamos a llevar a cabo en un contexto natural no somos capaces de replicar lo que en un entorno controlado tan bien nos salía. O sencillamente, había factores que no contemplamos antes.
El mayor desafío en la intervención en niños no verbales es ser capaces de evolucionar para adaptarnos a cada contexto natural. No hay fórmulas mágicas, hay pasión, ilusión, creatividad, afecto, mucho estudio y, sobre todo, creer siempre en la capacidad de estos niños. Y creer en algo, generalmente lo convierte en posible.
Esto no significa que la familia sea “El terapeuta del niño no verbal”, sino que tiene bastantes conocimientos como para poder afrontar adecuadamente las situaciones del día a día y que la interacción con los profesionales será siempre más rica y fluida.
Esta formación de la familia es algo que fomentamos desde nuestras raíces en el Método VICON. El comienzo de cualquier Programa de Intervención se basa en las actividades de la vida diaria, enfocado a dar autonomía al niño. Fortalecer la independencia del niño y su capacidad en el desempeño del día a día son nuestro primer objetivo y deberían ser también el de las familias. Esta independencia debe darse tanto en actividades básicas con en instrumentales, educativas, de juego, de gestión del tiempo o de interacción social. Estas son las que aumentan la confianza en el niño y empujan su desarrollo global. Para ello, se diseña un programa para aumentar la comunicación funcional del niño que consta de 3 puntos:
Jugar, jugar, jugar… para desarrollar el habla y el lenguaje
Jugar no es un descanso del aprendizaje, es un aprendizaje interminable, encantador, profundo, atractivo y práctico porque es la puerta al corazón del niño (Gowmon, V.)
Todas las propuestas para estimular el lenguaje en el niño no verbal que encontraréis en los sucesivos posts del blog, quiero que os las toméis de la manera más lúdica posible. Sé que el camino hacia el lenguaje es complicado y, como padres, nos produce un estrés increíble ver que pasan los días y que no conseguimos eso tan necesario que hace que nuestros hijos se encaren al mundo y a la vida de una manera muy diferente.
Todas mis propuestas están encaminadas a conseguirlo. Pero muchas veces no es la meta sino la forma en que caminamos lo que marca la diferencia hacia lo que vamos a conseguir, y esta forma de caminar tiene que estar liderada por la diversión, no hay otra forma.
Así que tenéis que encontrar la manera de adaptar todas estas ideas que encontraréis en los sucesivos posts del blog para que sean atractivas para vuestros hijos; porque si no conseguís engancharlos posiblemente no sirvan de nada.
Así ruego que apartéis toda la parte ansiosa que conlleva seriedad, exigencia y demandas constantes y que hagáis el ejercicio de poneros al lado de vuestro hijo. Acompañándolo con los ojos bien abiertos y recogiendo todo lo que nos da.
Teniendo estas ideas en la cabeza pero sin olvidar que el camino y la forma nos la va a marcar él o ella y que no hay otra sino a través del juego y el disfrute, la diversión y las emociones. No sólo va a ayudar a vuestros niños sino que os va a ayudar a vosotros con un posicionamiento mucho más efectivo.
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